
EDITORIALISTA INVITADO
Las principales potencias globales han reestructurado sus fuerzas armadas, incluyendo ahora una división más enfocada en desarrollar capacidades militares en el espacio.
Al menos EUA, China, Rusia, Japón, y Francia ya lo han hecho. Recientemente, en abril, Rusia realizó prueba de su misil para derribar satélites de baja órbita -China tiene también dicha capacidad-, además, EUA identificó 2 misiles rusos con “características de arma espacial” siguiendo a un satélite americano.
Esto provocó una advertencia pública de EUA hacia Rusia; Francia también ha culpado a los rusos de haber utilizado un láser terrestre para “cegar o dañar” su satélite militar.
Las intenciones de expansión territorial o militar de potencias mundiales no cesa durante una crisis -como la del Covid-19-, al contrario, se aprovecha el momento para avanzar, ocupar o arrebatar espacios de poder.
Los satélites pasarán de ser solamente infraestructura tecnológica de apoyo para actividades militares terrestres, a convertirse en armas potenciales para defensa o un posible conflicto.
Se desconocen los últimos avances y capacidades reales de armamento militar de las principales potencias, seguramente EUA y China tienen un arsenal avanzado -incluyendo satélites-, que debe estar entre sus proyectos más confidenciales.
Las potencias militares se apoyan significativamente en sistemas de comunicación satelitales, y sin ello, su capacidad de monitoreo disminuye, su defensa se vuelve vulnerable, y su ataque es menos eficaz; pues inclusive una falla o impedimento electrónico pudiera neutralizar su armamento.
Por ende, ya es prioridad para las potencias mundiales asegurar la protección y redundancia de sus satélites y comunicación.
Entre los tratados armamentistas que existen, seguramente se procurará normar el desarrollo y uso de armas en el espacio, lo cual, aunque no es garantía, ayuda con cierto orden, límites y vigilancia.
Para las potencias militares, es un hecho que el riesgo de ataque a sus satélites y unidades militares terrestres continuará incrementándose; la nueva carrera armamentista del hoy, será la supremacía espacial del mañana